domingo, 31 de octubre de 2010

Creando felicidad

Acá sigo contándoos mis experiencias por Madrid. Habréis observado que esta semana he escrito varias entradas en el blog, a pesar del trabajo, las clases y el estudio.

También habréis notado que estas últimas entradas han sido textos más personales, más subjetivos, más emotivos. Su fin es que me conozcáis mejor, mi forma de ser, mi carácter, mi personalidad...
Este blog se ha convertido en una vía de escape para mis problemas, una forma de desahogarme, un lugar donde plasmar mis sentimientos y pensamientos.

Siguiendo esta línea de posts reflexivos, os voy a comentar una situación que me ha ocurrido hoy.

Aprovechando que era domingo y a pesar de la lluvia, decidí dar una vuelta por el centro de Madrid para conocerlo un poco mejor.

Mientras caminaba por la Gran Vía, en dirección a la Puerta del Sol (quería ver aquel reloj tan famoso en todo el mundo), oí una conversación entre dos señoras que iban al lado mío.

Una de las señoras se quejaba de su vida, de que nunca le había pasado nada bueno. Yo quiero ser feliz, decía, intento encontrar esa felicidad, pero nadie pone de su parte, no me lo facilitan.

Yo pasé de largo. Sin embargo, durante toda la tarde estuve pensando en esa frase.
Todo el mundo quiere ser feliz. Nadie quiere estar triste. Pero, ¿cuántas veces a lo largo del día nos proponemos realmente alcanzar la felicidad? ¿Cuántas veces nuestra vida no es sino un mero deambular por nuestras rutinas, sin ninguna alegría en lo que hacemos?

Recordando la frase de un ilustre personaje, "algunos persiguen la felicidad, otros la crean", pienso que la felicidad no se encuentra en ningún lugar. La felicidad la crea uno mismo, contagiándola a su alrededor, porque no hay persona más feliz que la que hace felices a los demás.

¿Y vosotros, perseguís o creáis la felicidad?

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