martes, 16 de noviembre de 2010

Por fin, un pequeño descanso

Hola de nuevo. Antes de nada, espero que estos cuentos que he escrito, las tres últimas entradas de mi blog, os hayan hecho pensar y replantearos desde otro punto de vista la postura que tenéis ante la inmigración.

Continuando con mis vivencias acá, ayer, por fin, pude sacar algo de tiempo entre el trabajo, la Universidad y sobre todo, los exámenes, para descansar y seguir recorriendo esta maravillosa ciudad que es Madrid.

Recomendado por una amiga, decidí acercarme a visitar los Jardines del Campo del Moro, cerca del metro de Príncipe Pío.
¡Qué paraje tan bello! Cuando ella me dijo que solía ir allá a leer un libro o, simplemente, a descansar, no me pude imaginar cuán acertada estaba.

Es cierto. La tranquilidad y la paz que se respira por sus caminos, cómo se olvida el bullicio de la ciudad y el griterío de la gente: es el lugar perfecto para pensar y encontrarse a uno mismo.
Estuve toda la mañana perdido por sus caminos, desaparecido entre la espesa vegetación, y he de reconocer que en pocas ocasiones, incluso en los bosques cercanos a Cochabamba, he estado tan a gusto y he sentido tanta paz en mi interior.
Al abandonar los jardines, me sentí con renovadas fuerzas, deseoso de continuar con mi camino y decidí volver más a menudo, en los momentos en los que mi cuerpo, y aún más, mi mente, me pidieran desconectar.

¿Conocéis algún otro lugar como éste en Madrid?

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