jueves, 11 de noviembre de 2010

La valla

Al igual que todos los días desde hacía mucho, la valla, aquella valla que separaba dos culturas tan diferentes, se erguía majestuosa en la desolada planicie.

Ousmane, natural de Senegal, había partido hacía más de un año junto a varios compañeros de su país en busca de un futuro mejor lejos de su tierra natal.
Y hoy, por fin, tras muchas dificultades en su viaje y largas jornadas de sufrimiento, habían llegado a su destino: la valla, la frontera, la última barrera que les separaba de su futuro.
Escondido entre la maleza segura del bosque próximo a la valla, Ousmane observaba, al igual que sus compañeros de viaje, el movimiento de aquellos centinelas que impedían el paso hacia una vida mejor.
¡Sorpresa! En un momento de descuido, aquel grupo de personas se abalanzó sobre la verja, trepando, escalando, desgarrándose la ropa, raspándose la piel... intentando atravesar la única frontera que les separaba de un mundo de oportunidades.
Por fin, lo había conseguido. Ousmane se levantó del suelo, esperanzado, esperando que los hombres que corrían hacia él llegaran a su posición.
Mientras le sujetaban los brazos, ignorando el dolor de sus heridas, volvió la cabeza hacia la valla: su mirada se cruzó con los ojos de sus compañeros, al otro lado de la verja, tristes, desesperados al no haberla podido cruzar junto a él...
"Qué difícil es superar las barreras de la vida, mientras tus compañeros caen en ellas".

¿Verdad que es duro saber que situaciones
como esta ocurren día a día?

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